¿QUÉ QUIERE DECIR QUE UN COSMETICO SEA SOSTENIBLE?

Actualmente nos encontramos en un momento en que conceptos como sostenibilidad, ecologismo o cambio climático se encuentran a la orden del día en muchos ámbitos distintos y la cosmética no es diferente en este sentido.

El interés en una cosmética cada vez más sostenible está en constante crecimiento, siendo los consumidores cada vez más conscientes de la necesidad de llevar a cabo un cambio de paradigma respecto a los productos que se consumen. Pero a pesar de esta demanda creciente en este tipo de productos, ¿somos capaces de definir qué quiere decir que un producto sea sostenible?

El término sostenibilidad ha quedado algo difuso, muchas marcas utilizan etiquetas como “natural” o “ecológico” como sinónimos, pero el término sostenibilidad va mucho más allá. Si se atienden a las definiciones oficiales del desarrollo sostenible (Informe Brundtland, 1987) se concluye que existen tres pilares básicos dentro del concepto que han de convivir, sostenibilidad social, ambiental y económica, de forma que queda claro que para conseguir que la cosmética sea realmente sostenible es necesario que consiga unos objetivos más ambiciosos que el simple uso de productos naturales.

A pesar de la necesidad de una visión holística, en el sector de la cosmética se ha hecho especial énfasis en el origen de los ingredientes, buscando responder la reciente preocupación por parte del público con el bienestar y la desintoxicación. Este hecho viene provocado por la mayor información que se posee de los efectos nocivos de los ingredientes sintéticos, así como por la proliferación de pieles cada vez más sensibles por la constante exposición a la contaminación ambiental o a situaciones de estrés.

Así pues, los principales avances en el área de la sostenibilidad por parte de la industria cosmética se dan en un mayor cuidado por los ingredientes escogidos para elaborar sus productos. Dentro de la cosmética sostenible algunas de las premisas más extendidas es la de que los productos estén elaborados sin sulfatos, parabenos o gluten, además de tratarse de ingredientes en su mayoría de origen natural y totalmente vegetal, además de no utilizar animales para probar los productos.

Los mayores retos para la industria cosmética en los años venideros es incluir más consideraciones dentro de cada uno de los pilares de la sostenibilidad.

Por lo que se refiere a la sostenibilidad ambiental por una parte el “KM0” está adquiriendo relevancia por la necesidad de reducir las emisiones asociadas al transporte de mercancías así que es interesante favorecer las producciones locales de los ingredientes, mientras que por la otra es indispensable reducir el impacto que generan los envases, principalmente mediante dos medidas, favoreciendo las ventas a granel y la reutilización de los envases, además de utilizar materiales que tengan consecuencias ambientales lo menos nocivas posibles, como los vidrios.

En cuanto a la sostenibilidad social, en caso de que la recolección de los ingredientes y/o fabricación de los productos se llevan a cabo en países en vías de desarrollo es indispensable asegurar una justa repartición de los beneficios de la cadena comercial, así como impulsar proyectos de mejora de las condiciones laborales de los/las trabajadores/as, respetando el entorno de trabajo y luchando contra la explotación. En cuanto a la comercialización, la cooperación con el negocio local es indispensable para generar economías sostenibles, ya que de esta forma se puede mantener vivo el tejido comercial, pieza clave para las sociedades urbanas y rurales.

Martin Ferrer Escobar
Ingeniero de Energías especializado en Sostenibilidad.
LinkedIn: https://www.linkedin.com/in/martinferrerescobar/ 

 

 

 

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